El lugar es un maravilloso ante-páramo, con visuales lejanas sobre el valle de La Calera y visuales cercanas como la majestuosa montaña. A esto se deben añadir todos los componentes de la naturaleza presentes en el sitio. El cliente planteó su visión del proyecto como “un conjunto con cara de pueblito”, imagen que se aferró a nuestro proceso creativo y que planteó un desarrollo interesante a partir de las duras pendientes del lugar.

La colaboración en el diseño del maestro Carlos Mijares Bracho de México, con sus cinco décadas de experiencia en la arquitectura ha orquestado un planteamiento muy original.

 La composición del conjunto está articulada por tres claustros “verdes” de manera lineal. Esta composición aborda el primer problema y da forma al “pueblito”.

En la siguiente escala las casas distribuidas en 4 medios niveles, logran adaptarse al terreno de manera singular. La tipología de las casas es de patio, lo que brinda una excelente y controlada relación con el lugar. Cuentan con una azotea jardín de 120m2, permitiendo una relación más directa con el paisaje y una forma diferente de estar en el campo. Por último, en la escala menor la propuesta de aparejos especiales de ladrillo de autoría del maestro Carlos Mijares, cierra esta composición con los detalles más finos en la utilización de los materiales.